sábado, 3 de diciembre de 2011

Sin razón tiene sentido

Después de algún tiempo regreso a escribir, admito que antes de este escrito tenía otro acerca del aborto pero nunca lo acabé así que a cambio de eso hoy escribo aparentemente sin alguna razón, pensando que aveces escribir sin razón tiene sentido.

Como siempre han pasado algunas cosas y algunas otras no pasan, los últimos meses han sido trámites, pedir becas, obtener documentos, idas a una embajada, etc., aunque por cierto estas historias de los trámites aun siguen y siguen.

Digno de resaltar fue la clase que dí en la universidad donde hace unos ayeres conocí las matemáticas, en el laboratorio que años atrás junto con mis compañeros estrené. Me la pasé excelente como siempre disfrutando el privilegio de compartir conocimientos, aunque mi clase era de computación (mis amigos sabrán que siempre he sido un cavernicola y para las compus no más no) fue bastante motivante dar clases en el laboratorio donde años atrás estuve del lado de los sueños nuevos, sueños nuevos que ahora se respiraban en esas jóvenes mentes dispuestas a aprender y mostrarme que el método de aprender con alegría funciona y funciona bien. Al día de hoy estoy orgulloso de cada uno de ellos y espero que entiendan que una calificación no te hace mejor persona.

En este último mes volví a entender que la vida así como llega se va, es casualidad que nueve de las personas que solía ver cuando era un niño se hayan ido en un sólo mes pero así es la vida, como viene va y cuando se va no queda más que afrontar el dolor y el cambio que ello representa.

Hoy el camino que viene por recorrer parece que lo haré solo, porque la decisión así está tomada, no habrá luna pero si muchas estrellas que motivan, muchas razones que me dicen que hay muchas formas de perder pero que darse por vencido no es una de ellas. La motivación está al máximo, la adrenalina por nuevas cosas está a flor de piel y sentir que los sueños están cerca hacen pensar que es cierto eso que siempre me dice mi madre, el esfuerzo siempre tiene recompensa y el que obra bien, bien le va.

Hoy mientras en la televisión se cobran impuestos yo disfruto de mi hermosa familia y doy gracias al destino por ponerme en la luna.

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