Gracias Cuernavaca

En agosto del 2007 llegué a Cuernavaca, no tenía idea de lo que era el instituto de matemáticas ni la ciudad, sólo sabía que aquí estudiaría una maestría en ciencias la cual me serviría para saber si en realidad quería dedicarme a la investigación, hoy sé que si quiero, de hecho he iniciado un nuevo sueño, un reto intelectual y sobre todo he empezado hacer algo que disfruto mucho, aunque lo admito es tan complicado como siempre lo imagine.

Hoy he decidido darle una vuelta a la página, he decidido volver al lugar donde empecé con mis estudios matemáticos, todo esto como preparación para intentar volar hacia el sueño de toda mi vida.

Y pues aquí estoy escribiendo una despedida, claro con amenaza de volver de visita siempre que pueda porque este lugar me encanta. Lo frío y simple que soy, hoy sobra porque me pone nostálgico dejar a todas estas personas de una estatura humana increíble que se han cruzado en mi camino, conocidos, compañeros, profesores, alumnos y amigos, amigos que ahora son casi hermanos, y que son por mucho lo mejor que me ha dado este lluvioso y primaveral lugar.

Se queda mi cubo super cuartel, mi escritorio el mejor lugar del instituto, mi casa lugar de tantas sonrisas, partidos de fut y chidota convivencia, mi cuarto lugar de tantas noches de películas y estudio, mis equipos de futbol y tres subcampeonatos, la fuente de mis helados en plaza cuernavaca, el centro que tanto me gusta, las comidas en el mercadito y en los vips, el pozole, el gimnasio, tantas cosas. Me llevo el cariño de todos mis amigos, me llevo las matemáticas que tanto me han hecho crecer académicamente, la satisfacción de las clases en la facultad de ciencias que me enseñaron a sentirme útil, también se van conmigo unas ricas galletitas, una caja bonita de recuerdos, un circo en mi imaginación y saber que alegría se escribe con A.


Un payaso se va pero la fución debe continuar... gracias Cuernavaca.

Payaso

La respuesta a mis muchas preguntas existenciales es simple, soy un payaso, quizás no tengo maquillaje en la cara, ni la nariz roja, ni una peluca, ni gigantescos zapatos, ni mucho menos un traje multicolor pero en esencia soy lo mismo que un payaso, me encanta sonreír, me encanta dibujar sonrisas en las personas que me rodean, me encanta decir cosas incoherentes que causen felicidad, me encantan los chistes simples, vivo de las sonrisas porque éstas son el alimento de mi inspiración para levantarme cada día, pero sobre todo soy un payaso porque me encanta sonreír aunque la realidad me este asfixiando.

Cuando

Cuando no pueda equivocarme más, cuando no pueda corregir el camino, cuando no pueda levantarme de una derrota, cuando mis palabras no puedan ser escuchadas, cuando no pueda imaginar que vuelo, cuando no pueda escuchar el canto de un pajarillo, cuando no pueda mirar a través de las paredes de piel, cuando no pueda luchar por alguna loca idea, cuando no pueda soñar, cuando ya no pueda perseguir una ilusión, cuando mis pensamientos sean nulos, cuando mis sentimientos sean frios hacia todo y ya no pueda sonreír, solo entonces me daré cuenta de la ausencia de mis latidos.