viernes, 22 de abril de 2011

Tristeza lunar

Estaba tranquilo, disfrutando la paz que se respira en el lugar de la luna, con mucho calor pero el aire refrescando, no había gran cambio, estaba ahí como cada vacaciones detrás de un mostrador ofreciendo ese maravilloso producto de maíz y de repente pasaron caminando frente a mi, adelante ella y atrás el.

Mi pensamientos y mi corazón estaban a punto de ser inundados de tristeza, yo sin saberlo actué como mi madre siempre me lo ha dicho, amable y atento con el comprador, actué como el buen vendedor que debí haber sido si las matemáticas no se hubieran atravesado en mi camino.

Ella y él se detuvieron frente a mi y me ofrecieron lo que vendían pero no compré, caminaron unos pasos y bajaron lo que llevaban cargando, una carga pesada debo decirlo, él se me acerco a comprar, yo lo atendí de manera normal pero no soporte la duda y le pregunté, ¿De donde son?, el me respondió Zotoltepec, aunque ya sabia que venían de un lugar suficiente lejos como para notarse el cansancio en la mirada aunque no en sus pies pues caminaban veloces. También pregunté ¿Cuanto tardan en llegar aquí? él, un niño de unos 8 años, me dijo sin ninguna queja hoy empezamos a caminar a las 7 y llegamos como a las 10.

Al venderles el producto como es costumbre en estos casos la bascula se vio generosa y peso mucho más del precio pedido, después de pagarme y darle el producto, ella la madre del niño me pregunto ¿Cuanto vale la bolsa de tostadas? le dije el precio y su mirada se convirtió en esa mirada que ponemos cuando sabemos el precio de un BMW. Dijeron gracias y empezaron a caminar, los detuve e hice lo mínimo que hubiera hecho mi madre o hermana, les dí las tostadas y sus caras me regalaron una sonrisa. Después de eso caminaron rumbo a su carga y él niño regreso hacia mí, me dio una bolsa de nopales y me dijo te la regalamos también, me quede mudo y tome la bolsa.

Ellos continuaron su VIACRUCIS vendiendo sus bolsas de nopales y sus golumbos, yo me quedé detrás del mostrador, no dije nada pero creo que estaba llorando por dentro, tenía el corazón roto, recordé lo que mi mamá siempre dice "el pobre siempre da lo que le hace falta" y vino de nuevo un deseo de esos que la mayoría tenemos aveces, tener los bolsillos llenos de dinero, mucho dinero para poder ayudar a mi gente, los que tienen que caminar tres horas con carga para llegar y 3 hrs de regreso para intentar vender quizás 200 pesos de producto a la semana.

Siempre me pasa pero una vez más mi mente tuvo dudas existenciales, para que me servirán las matemáticas si no tendré mas que una bolsa de tostadas para regalar. Esté es el país que esta cambiando, esté es el país que va para adelante, esté el país que los gobernantes tontos dicen que está mejorando, esté es el país donde si naces en una montaña lejos del trabajo y la educación, la culpa es tuya y si no tienes que comer es por no estudiar y no trabajar aunque donde vivas solo puedas cortar nopales y raspar pulque para salir adelante. Me duele que para algunos estudiar y tener un trabajo que te permita comer y vestir bien no dependa de ellos sino simplemente del lugar donde nacieron.

En el mejor lugar del mundo también como en todos lados hay cosas tristes. Tristeza lunar no alejes los sueños de mi almohada.

1 comentario:

  1. Que hermosa enseñanza Don Rho y tan cierta. En ocasiones estamos tan ensimismados con nuestros problemas (los cuales las mayoría de las veces son tan vánales), que no nos damos cuenta que hay gente que sufre por cosas que nosotros damos por hecho, como llevar comida a la mesa de su familia.

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